Evaluando voy, ¡evaluando vengo vengo!
- Inno URJC
- 20 nov 2019
- 3 Min. de lectura

Os habréis dado cuenta ya de que me gusta reflexionar y dar muchas vueltas acerca de los temas e ideas sobre educación, muchas veces a un nivel filosófico. Desde que empecé en esto de la educación, tuve la suerte de leer a John Dewey, un gran pedagogo y pensador estadounidense que escribió hace ya muchos años "la educación no es preparación para la vida, sino es la vida misma". La entrada de hoy va dedicado a este hombre que tanto me ha dado para pensar.
Este lunes hemos tratado la evaluación, un tema que, al igual que los demás, da muchísimo para hablar y profundizar con que nuestras 2 horas de clase nos da sólo para tocar la superficie. Y es que este tema es uno muy complejo, dado que desde el inicio muchas veces se confunde la evaluación con la calificación. Para mí, como vimos ya en clase, la evaluación es más cualitativa y la calificación más cuantitativa aunque por supuesto puede haber excepciones.
La evaluación es lo que nos potencia el aprendizaje. En ocasiones, durante charlas muy intensas en Niuco, he llegado incluso a la conclusión de que uno está constantemente evaluando; contrastando los hechos con las ideas que tenía, con las nuevas ideas que se han formado a partir de los hechos y las ideas de qué puede venir en el futuro. Y en verdad nuestro comportamiento va en esta línea. Cada vez que recordamos algo, pensamos en algo o hacemos una síntesis del día antes de acostarse, estamos en realidad evaluando nuestras experiencias. Este proceso de evaluación, de poner palabras a las vivencias, es lo que da sentido a los aprendizajes que se nos van consolidando.
En educación, la evaluación cobra todavía más importancia dado que detrás de nuestro labor en las aulas, tenemos una legislación que marca todo una serie de estándares de aprendizaje, criterios de evaluación y competencias que nuestros alumnos deben desarrollar además de demostrar ese desarrollo. Ha habido mucho trabajo realizado en este campo de la evaluación y a día de hoy contamos con muchos planteamientos y herramientas que permiten tanto a los profesores como a los alumnos situarse en sus conocimientos al igual que mantener una visión continua y global de esos conocimientos y capacidades que se van desarrollando a lo largo de su escolarización. ¡Y no nos olvidemos de terceros! Con herramientas como portafolios digitales podemos abrir la puertas a un escenario personal, compartiendo con todo el mundo estas experiencias y vivencias. Ésto lo estáis viviendo en primera persona con esta asignatura. Con herramientas como el portafolio, en conjunto con la variedad de herramientas evaluativas a nuestra disposición (¡exámenes incluidos!) podemos dotar el aprendizaje de una evaluación cualitativa y continua que trasciende las notas que se llevan en el boletín.
Tengo curiosidad de ver cómo se evoluciona el discurso legislativo que, con el paso de los años ha ido en una dirección tanto interesante al empezar a hablar de competencias por encima de los contenidos. Ya vimos que para ser competente desde luego uno debe tener una base sólida de conocimiento pero no podemos dejar que el techo de la escolarización se quede allí. Pero antes de que me vaya por las ramas, comparto este artículo que escribí hace ya más de un año reflexionado sobre esto último: https://niuco.es/2018/06/14/evaluar-por-contenidos-o-competencias/
Y con ello me despido por hoy. ¡Que tengáis una buena semana!
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